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Imagine que es usted la que está sentada en un banco del parque escuchando música. A su lado, sobre el banco, su bolso está sobre un periódico doblado.
En esto, se acerca un desconocido, se sienta a su lado y sin mediar palabra se pone a leer su periódico.
Poco después deja su periódico tirando y abierto por el suelo. Coge su bolso, lo abre y examina su interior.
¿Sabría usted compartir?¿ ¿Cuánto tardaría en decirle cuatro frescas al desconocido? Si ve pasar a lo lejos un policía, ¿no le llamaría?
Imagine ahora que el policía se acerca y le dice: Ya está bien, ¡déjele el bolso a este señor o me enfado!. Disculpe caballero, esque esta señora todavía no sabe compartir. ¿Le gusta el teléfono móvil? Pues llame, llame a donde quiera...Y usted calle señora que ¿como sigas protestando te vas a enterar!
-Carlos Gónzalez-Bésame mucho-
En conclusión, pretendemos que los pequeños compartan todo con todos, sus objetos personales, juguetes, todo aquello que es espcial, con en muchas ocasiones, desconocidos, sin tener en cuenta la etapa de egocentrismo y "es mío" por la que todos y cada uno ellos pasarán. Y sin embargo, los adultos somos incapaces de prestar nada en momentos determinados...Primero debemos entenderles a ellos, después sabremos actuar nosotros.
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